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Afirmó Néstor Diez, ingeniero civil, constructor y desarrollador inmobiliario

“Por primera vez veo que se están haciendo cosas lógicas en Necochea y que se piensa con un poco de visión a futuro”, expresó Néstor Diez respecto de la actualidad de este distrito de la costa atlántica bonaerense.  Y recalcó que “se ha conseguido gestionar obras que en otro momento, o porque estábamos en otra vereda política o no sé por qué, no se lograban”

Ingeniero civil, empresario de la construcción y desarrollador inmobiliario, Diez lleva 27 años realizando actividades profesionales en Necochea y no oculta su enfado, tanto con algunas reglamentaciones vigentes en cuanto a la construcción de inmuebles, como con la mentalidad de  funcionarios que han pasado por la administración pública  al respecto.

Pero observa que en la actual gestión municipal, encabezada por el intendente Arturo Rojas, hay “una actitud distinta para dejar hacer, para ayudar en lo que sea posible” para que  concreten nuevos emprendimientos inmobiliarios.

No obstante, deja en claro que al pretender materializar iniciativas constructivas con anterioridad a esta administración municipal, siempre contó con el respaldo de miembros del Concejo Deliberante, incluyendo a todos los bloques. “Pero veía que estaban en un rol que no es el de ellos. No tienen por qué estar aprobando obras por excepción”.
Esos pedidos de excepcionalidad surgen, a criterio de Diez, porque las normativas vigentes están desactualizadas, basándose en “una cuadrícula de parcelas hecha hace 70 años, con 10 metros de frente, que hoy es pañuelo, y encima cambiaros los índices, de modo que se puede construir poco. Y todo pasa por vía de excepción en el Concejo Deliberante, lo cual tampoco es razonable”.
Considera que “en base a los terrenos que queden libres debería establecerse claramente qué se puede construir, respetando una línea y que haya uniformidad”.

En tal sentido, avala lo que está ocurriendo en la zona costera de Quequén, donde no se permite más de una altura determinada, por lo cual se levantan edificaciones bajas, haciéndolo todos de la misma manera.

Consultado sobre hacia donde debe apuntar el crecimiento de la ciudad, Diez vuelve a ser crítico. “Acá nos maneamos solos, no necesitamos que venga alguien de afuera a decirnos que no podemos crecer. Nosotros mismos no dejamos que se pueda crecer. Está todo prohibido en Necochea…cualquier cosa que quieras hacer no está permitido..:”

Es por eso que ha llegado el momento, a su juicio, de que se junten profesionales, funcionarios y organizaciones para “pensar cómo vamos a crecer” y “determinar cuál va a ser el plan estratégico nuestro para los próximos 30 años”.

A modo figurativo, señaló que “si un inversor por error cae en Necochea, sale corriendo” ante las vicisitudes que debe afrontar. En tal sentido, citó el caso del Complejo Casino: “Es una imagen de cómo estamos como ciudad. Y no es culpa de los funcionarios actuales, porque están tratando de buscarle la vuelta” para que se revierta su deplorable estado.  “Como ciudadanos no nos ponemos de acuerdo”, subrayó..

“”Te vas a Miami, donde los terrenos valen un poquito menos que acá, y tenés parcelas grandes con vista al mar para construir, obviamente, respetando índices razonables”, comentó.  Por eso evalúa positivamente la manera en que se está construyendo en la costa de Quequén.

Néstor Diez, cuyo padre tenía una empresa de construcción además del Hotel “España”, nunca dudó sobre su vocación. “Me crié en la obra”, recordó. Por eso primero fue maestro mayor de obras, egresado de la escuela técnica, y más tarde se recibió de ingeniero industrial en la Universidad de Buenos Aires.

Con el título bajo el brazo volvió a Necochea y el primer año trabajó en relación de dependencia para una empresa de Buenos Aires, haciendo tareas en instalaciones de Terminal Quequén, en el puerto. Fue jefe de obra. Y si bien tuvo otras propuestas, las desechó. Creó su propia empresa Néstor F. Diez SA y empezó por su cuenta.  Después de trabajar muchos años, hoy en día, si bien dicha empresa está en condiciones de ponerse en marcha, está desactivada. No tiene personal. “Fue una decisión personal, no quería tener tanto estrés, por eso lo que hago es subcontratar los trabajos cuando se necesita mano de obra”, explicó Diez, que hoy tiene 54 años y, poco a poco, va delegando tareas a su hijo Agustín, de 27 años, arquitecto de profesión.

Pero no se queda quieto. Creó Desarrollos Urbanos Necochea SA, con la que ha impulsado la construcción del edificio Puesta de Sol en la villa balnearia, el loteo de parcelas Altos del Faro en Quequén y acaba de hacer el relleno de hormigón en las bases de Bahía del Sol, edificio de 40 unidades habitacionales a erigirse en la avenida 502 y 539 bis.

Este último tiene 45 metros de frente, con vista al mar. “Es un lindo desarrollo, la gente ha respondido espectacularmente y sólo queda un departamento por vender”, indicó Diez.

Altos del Faro está ubicado, precisamente, frente al Faro Quequén, en tierras donde antiguamente había un circuito de motocross, que hoy fue nivelado. Allí, a través de un fideicomiso, se hizo la compra, la subdivisión en parcelas, la apertura de calles,  la dotación de servicios (cloacas, agua y energía eléctrica) y finalmente la entrega de las escrituras. Son 116 aportantes a ese fideicomiso. En una segunda etapa se hará otro fideicomiso con quienes decidan construir viviendas.

MOMENTO PARA INVERTIR

Teniendo en cuenta el actual valor de la vivienda en el distrito de Necochea, estamos ante “un muy buen momento para invertir” en inmuebles, consideró Diez, quien lamenta que, a diferencia de lo que sucede en otros países, en la Argentina ni la banca privada, ni la estatal, brindan créditos para que el asalariado pueda acceder a la vivienda. .”En el país no tenemos un sistema de créditos razonable”, agregó.

Diez tiene conciencia de que es otro sector de la población el que puede acceder a lo que su empresa ofrece, ya que la financiación es a 24 meses, el tiempo que se tarda en construir la edificación.

Pero quienes tienen capacidad de ahorro encuentran en la compra de estos inmuebles una muy buena oportunidad para invertir. Sobre todo cuando hay dificultades para acceder al dólar, moneda en la que suelen refugiarse muchos argentinos ante los vaivenes de la economía.

“Es una inversión a mediano plazo, con una potencialidad de mayor valor a futuro”, acotó, para añadir que “hoy en Necochea el valor de la vivienda está más bajo que hace siete años”.

EL CASINO

El Complejo Casino, que fue puesto a la venta por el municipio, frustrándose la misma por falta de oferentes, con su lamentable estado actual es hoy “una postal negativa” de Necochea, evaluó Diez, por lo que “hay que darle una solución” para que no siga convirtiéndose en ruinas ese edificio, que, inaugurado en 1973, fue motivo de orgullo para los necochenses, pero fue deteriorándose irreversiblemente, al tiempo que la Nación lo transfería a la Provincia y ésta al municipio.

La tasación de 9,5 millones de dólares que se hizo “es razonable”, evaluó Diez, aunque aclaró que como se tomó la cotización oficial, en realidad “son 4,5 millones de dólares” si se toma lo que se paga en el mercado por la divisa norteamericana.

“¿Si yo invertiría 4,5 millones de dólares para comprar el Casino de Necochea? Ni loco”, se responde Diez a si mismo. “Con ese dinero –acotó- comprás un excelente terreno en el lugar que elijas, limpio, con vista al mar, sin problemas. Acá comprás un terreno con problemas, incluyendo el hecho de que alguien te escupa y te grite ladrón, acusándote de quedarte con la joya de la abuela”.

Estamos ante una circunstancia, reflexionó,  en que “tenemos que ponernos de acuerdo entre los necochenses y plantearnos qué vamos a hacer con el Casino. ¿Qué se hace en un remate cuando no hay ofertas? Se hace un nuevo llamado sin base. Y ahí si hagamos todo el lobby posible para que todo el mundo se entere de que hay una oportunidad de negocio en Necochea”.

Diez es partidario de mantener los volúmenes que tiene hoy el Casino, para conservar lo que es “la postal” de Necochea. Y le pareció “razonable” la propuesta que se había hecho, incluyendo un desarrollo inmobiliario cuyo destino dejaría en manos del oferente, para que elija si quiere poner locales comerciales, construir un hotel o departamentos. Pretende que el Teatro Auditorium sea manejado por un ente autónomo, con participación del municipio, que “serviría para hacer convenciones, congresos y otros eventos”. Y cree que en lo que hoy es playa de estacionamiento se podrían construir edificaciones de la misma índole que se permite hacer en la calle 89 (de unos 15 pisos), de cuyos departamentos se tendría vista al mar y al Parque Miguel Lillo.

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