Le encargaron hace algunos años la restauración del tradicional Cine Teatro París, un ícono arquitectónico de Necochea construido en 1931, y a partir de allí comenzó a especializarse en recuperar el esplendor de antiguas edificaciones.
Gustavo Pardal, de 61 años, ingeniero en construcciones, no dejó de dedicarse al cálculo de estructuras de futuros edificios, otra de sus especialidades, pero se apasionó por la tarea de recomponer el estado de antiguas y emblemáticas obras civiles.
Egresado en Olavarría de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires en 1987, posteriormente cursó otro año más para ser también master en economía.
De regreso a Necochea, su ciudad natal, ingresó en la Dirección de Equipamiento Urbano y Vivienda de la Municipalidad, siendo intendente Domingo José Taraborelli. Al mismo tiempo, fue nombrado delegado de la Caja de Previsión Social para Ingenieros, que se disolvió en 1988, al conformarse los colegios de profesionales. Pasó a ser visador del Colegio de Ingenieros. Y continúa siéndolo.
Su paso por el municipio fue breve: no duró más de dos años. Posteriormente se desempeñó durante largo tiempo en la planta hormigonera de la Usina Popular Cooperativa, hasta que ésta se disolvió. Luego creó su propia empresa constructora y comenzó a trabajar en forma independiente. Y se dedicó tanto a la construcción, como al cálculo de estructuras edilicias, para lo cual sigue siendo muy requerido por empresas dedicadas a hacer edificios.
La restauración del clásico Cine Teatro París, una construcción de estilo francés, fue una bisagra en su carrera. Conociendo su labor, un amigo lo contactó con empresas de la Ciudad de Buenos Aires, lo que derivó en la realización de varias restauraciones.
“Restauramos la Catedral de Mercedes, luego la de Lomas de Zamora, el histórico Cabildo de Buenos Aires y el cementerio judío de Algarrobos, en Carlos Casares, además del Cine Teatro Paris en Necochea”, revela Adolfo Gustavo Pardal desde su estudio, ubicado en el subsuelo de su vivienda particular, donde no sólo exhibe su diploma universitario en una de las paredes, sino que también cuenta con numerosas máquinas, herramientas y objetos vinculados con su labor profesional, incluyendo unos enormes tornillos de muestra del Parque Eólico de Necochea, donde también trabajó para una empresa española.
“Para la Catedral de Mercedes tuvimos que hacer molduras de la fachada, algo que también posiblemente deberé hacer ahora en Necochea, ya que me pidieron presupuesto para restaurar el frente de la Parroquia Santa María del Carmen del centro. Para eso hay que investigar sobre los materiales originales, hacer análisis en laboratorios y tratar de obtener la misma mezcla con que se hicieron esas molduras hace muchos años. Eso es un poco lo que se hizo para el Cine Teatro París”, agrega el profesional.
Pardal, que antes de ser ingeniero fue maestro mayor de obras egresado de la ex ENET N° 1 conocida como el Colegio Industrial, acota que además de haberse recuperado arquitectónicamente el Teatro París, se le hizo una reparación estructural. “Durante la actuación de un conjunto de rock el público saltaba constantemente y cedió una losa del entrepiso. El edificio estaba diseñado para que la gente permaneciera quieta, sentada en su butaca. Por eso, ante tanto movimiento, se afectó Así que hubo que trabajar en ello. Pocos años después se volvió a reforzar la estructura”, añade.
El monumento al general San Martín, ubicado en la rotonda de la diagonal que lleva el nombre del libertador y la Avenida 59, también fue restaurado por la empresa de Pardal, contratada por el municipio. “Estaba mucho más deteriorado de lo que parecía”, revela.
En diversas ocasiones ha sido convocado para evaluar el estado del Complejo Casino y considera que “el edificio en sí está bien, lo que está dañado es lo que llamamos la cáscara, es decir lo que rodea a la estructura”.
Otra de sus especializaciones es resolver problemas de humedad, haciendo impermeabilizaciones en edificios y plantas de acopio de cereales. Pardal tiene a su cargo la representación y distribución de los reconocidos productos Sika y Basf desde hace varios años. No sólo los vende, sino que también se encarga de su aplicación.
Desde que ejerce su profesión, Pardal no ha dejado de trabajar. Actualmente ya no lo hace tanto construyendo, sino asesorando a empresas constructoras locales. También ejerce la docencia en la subsede Quequén de la Univesidad Nacional del Centro. Para la carrera de Ingeniería dicta las materias Estabilidad y Medios de representación (uso del programa Autocad y nociones de dibujo para hacer planos).
“Es muy lindo trabajar con los chicos, tienen mucha frescura, aprendes de ellos, actúan de manera muy diferente a como lo hacíamos en mi época de estudiante. Son mucho más desinhibidos”, observa.
Pardal es socio de la Cámara de Profesionales de Puerto Quequén (CAPROQ), entidad de la que fue secretario poco tiempo atrás y con la que continúa ligado activamente.
Con respecto a la construcción, observa que “está en auge” en Necochea actualmente, dado que “al no poder ahorrar su dinero, hay gente que destina fondos en obras. Es algo que noto desde el Colegio de Ingenieros al hacer los visados. Se construyen viviendas y edificios chicos, de pocos pisos y con departamentos pequeños, fáciles de vender”.
Son varios los constructores que están haciendo emprendimientos inmobiliarios y otros que proyectan hacerlo, de acuerdo con las consultas que le han efectuado a fin de encargarle el cálculo de estructuras.
Más allá de tener nuevas obras su horizonte laboral, no cesa de hacer informes técnicos sobre el mantenimiento de fachadas de edificios actuales, sobre todo a partir de la vigencia de una ordenanza municipal que establece esa obligación a cumplirse cada diez años.
En la jornada en la que fue entrevistado por Data Portuaria, Pardal estuvo supervisando el retiro de un tramo de una cinta de embarque de la planta de fertilizantes de Pier Doce, en Puerto Quequén, que colapsara tiempo atrás. Fue contratado por esa empresa, para controlar los trabajos, realizados por la firma local Inteco y el servicio de grúa de la porteña Tecmaco.
Mientras tanto, son numerosas las obras privadas que tiene en carpeta para realizar próximamente, incluyendo locales comerciales, viviendas particulares y un hotel de la villa balnearia.
Pardal no olvida la labor realizada durante la construcción del Parque Eólico de Necochea. “Me tocó hacer la dirección de toda la obra civil para la empresa española Tipsa. La firma danesa Vestas fue la que hizo el conjunto de la obra y subcontrató a Tipsa. Para mí significó un gran aprendizaje haber trabajado con ellos, por la forma ordenada en que se desempeñan y por el estricto cumplimiento de las normas con que lo hacen”.