Bartolomé Zubillaga está convencido de que, tanto en su ciudad, Necochea, como en el país, hace falta “más participación, más compromiso y más imaginación” Por eso comenzó a transitar la arena política y desde hace dos años es concejal. Al mismo tiempo que preside el directorio de la empresa Trimar SA (servicios portuarios) y gerencia la firma Ecotec Interoceánica SA (tratamientos fitosanitarios)
Antes presidió un centro de estudiantes local (en los años 80), el Rotary Club Necochea en dos ocasiones, la Cámara de Actividades Portuarias, la Federación de Cámaras Empresarias y la Cámara de Profesionales de Puerto Quequén (Caproq). “Llegó un momento en que entendí que el paso siguiente era la política. Y lo hice pensando en que podía ser un ejemplo para muchos otros empresarios”, afirma Zubillaga. Cree que “si se incorporara más gente del sector privado al Estado, se lograría tener una administración pública más ágil”.
“Un empresario sabe lo que es no dormir porque no saber cómo pagar los sueldos, conoce lo que es enfrentar permanentemente crisis económicas, tiene una agilidad que le vendría muy bien a la administración pública”, insiste.
No obstante, el empresario sostiene que “hay una falsa dicotomía entre administración pública y privada”, señalando que sólo se diferencian en que en la primera no se fusca un resultado financiero, pero no varían en cuanto a la metodología.
De todas maneras, confiesa que estos dos años como integrante del bloque oficialista del partido Nueva Necochea “han sido muy difíciles”, ya que debió “acostumbrarse a un ritmo muy diferente al del ámbito privado”, aunque evalúa que es lógico que haya mayores controles “porque el municipio gasta fondos de otros. Hay que habituarse a una burocracia que tiene sentido, para que existan controles, pero que hace más lenta la administración”.
Zubillaga reflexiona que, ante la falta de recursos, en una empresa privada “se buscan nuevos negocios, reconvirtiéndose, pero esa posibilidad en el municipio no existe: siempre va a estar para brindar los mismos servicios, esperemos que cada vez mejor”.
En el caso de Necochea, señala que la Municipalidad “apenas puede brindar los servicios básicos”. Y agrega “que “estando uno acostumbrado a la agilidad de los negocios privados, a enfrentar los problemas de otra manera, se hace difícil” conducirse en el ámbito público para ir resolviendo dificultades.
Pragmático y preciso a la hora de definir cuestiones, agrega Zubillaga: “Seamos sinceros: en la empresa privada me juego mi capital y si me va mal, me afecta a mí. Si le va mal a la Municipalidad, afecta a todos, es muy diferente”.
El empresario preside la comisión de Política Económica del Concejo Deliberante necochense. Es el encargado de fundamentar las iniciativas de su bloque y defender las propuestas del gobierno encabezado por el intendente Arturo Rojas. “Pero también participo en otros temas que exceden la economía”, aclara.
“Tanto en Necochea como en el país se necesita más participación, más compromiso y más imaginación”, insiste Zubillaga, quien considera que “no basta con votar a un gobernante, ya sea intendente, gobernador o presidente, para luego dejarlo solo y dedicarnos a criticarlo sin tener un aporte para hacer. A la crítica hay que sumarle una propuesta, poniéndose siempre en el lugar del otro”.
PRESIDENTE Y GERENTE
Zubillaga tiene 58 años. Tras haber sido conscripto de Infantería de Marina, en 1982, regresó a Necochea. Había estado en Mar del Plata, sin ser destinado a combatir en la Guerra de Malvinas de aquel año. En su ciudad estudió administración de empresas y luego fue profesor del mismo colegio. Años después cursó la licenciatura. Lo hizo “a través de un sistema innovador, acordado con la Universidad Católica de Salta. Concurría cuatro horas diarias al viejo colegio comercial nocturno, donde había tutores. Luego se rendía en Buenos Aires ante profesores de la UBA, era bastante exigente”, recuerda.
Las dos empresas a las que está vinculado son locales De una de ellas, Trimar SA, es propietario en sociedad con Hugo Mauco. La firma tiene su sede frente a la Plaza “Hipoólito Yrigoyen” de Quequén. En la otra, Ecotec Interoceánica SA, se desempeña como gerente. Esta es propiedad de Humberto Lanzavecchia y Alicia Pérez.
Creada en 1999, Trimar surgió con el fin de “brindar un servicio integral a la exportación”. No sólo actúa como agencia marítima, sino también que brinda servicios de estibaje (carga y descarga), control de embarque, recepción y entrega de mercadería, despacho de Aduana y comercio exterior. “La idea es que el exportador, haciendo una llamada a un solo lugar, tenga un panorama general de lo que está sucediendo con su embarque”, precisa.
Definida como una empresa de servicios portuarios, en ocasiones su labor excede ese marco. “Alguna vez hemos realizado control de cosechas, llegando hasta el campo para verificar la calidad y el peso del cereal”, relata.
Trimar también trabaja con la importación, al efectuar descarga de fertilizantes en Puerto Quequén. La empresa cuenta con 20 empleados fijos, a los que se añaden otros 250 que hacen tareas en forma eventual, cuando se efectúa la carga de un barco.
Ecotec Interoceánica SA fue creada en 1998, dedicada a la fumigación de carga de buques, extendiéndose luego al control de plagas urbanas. Tiene más de 120 empleados, distribuidos en varias sucursales. Entre ellas, en el puerto santafesino de San Lorenzo, en Berazategui, Zárate, Buenos Aires, Quequén, Bahía Blanca, Tucumán y Córdoba. “Es una satisfacción trabajar para esta empresa, cuyos dueños son de Necochea, que se ha desarrollado sanamente durante más de dos décadas”, expresa su gerente.
CAMBIOS
Por varios factores, se fueron produciendo cambios en la actividad durante estas dos décadas. “Por empezar –acota Zubillaga- hay menos exportadores: Eran más de 20 y ahora son 10 ó 12. Por otra parte, cambió Puerto Quequén, donde se operaban dos millones de toneladas y ahora se superan los seis millones. Lo que implica más buques, más trabajo, más documentación. Otro factor fue el avance tecnológico: hoy se trabaja con más comodidad y de manera más ágil”.
A su criterio, en esta actividad “es primordial estar renovándose permanentemente en lo tecnológico”, sobre todo porque todos los clientes tienen sede en la ciudad de Buenos Aires y exigen calidad del servicio. “Y la calidad del servicio está basada en la incorporación de tecnología, hoy por hoy”, añade Zubillaga.
PUERTO QUEQUEN
En cuanto a Puerto Quequén, indicó que “cambió porque los elevadores, terminales, que al fin de cuenta son los que terminan siendo utilizados para cargar los buques, se tuvieron que ir modernizando a la par de lo que lo hacían los barcos. Ante se consideraba grande a un buque de 180 metros de eslora y hoy tienen 230 metros, por lo que debieron adaptar las instalaciones”.
También mencionó la agilidad de carga: “Antes se tardaba entre cuatro y cinco días. Hoy un barco se carga en un día y medio, almacenando más toneladas”.
“Puerto Quequén cuenta ahora con otro elevador y otra planta de fertilizantes. Ha ido creciendo a medida que pasaron los años. Y un hito en estas dos décadas ha sido el hecho de contar con un servicio de dragado previsible. Si bien la extensión de la Escollera Sur influyó para que haya menos días de cierre, lo fundamental ha sido el dragado”, subraya el empresario.
En tal sentido, destaca“el esfuerzo del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, que al fin de cuentas fue creado para que lo conformáramos los actores locales”, al tiempo que valora “la flexibilización de las normas de seguridad” por parte de Prefectura Naval.
Considera que “la logística se ha vuelto más dinámica en Puerto Quequén, donde se ha ido ordenando la recepción de mercadería transportada en camiones”.
Zubillaga afirma que “operativamente los puertos de Quequén y Bahía Blanca son similares”, cada uno con sus características., ventajas y desventajas Y evalúa que si bien sus respectivos consorcio de gestión se crearon en la misma época, los bahienses “sacaron bastante ventaja en los primeros años, al estar más comprometidos con el operador privado”, pero “en Puerto Quequén ahora se han encaminado las cosas, lo que sucede es que en Bahía Blanca las cosas ya están hechas” desde antes.
HACER NEGOCIOS
La Cámara de Profesionales de Puerto Quequén (Caproq) tuvo en Bartolomé Zubillaga a uno de sus ocho fundadores. Y fue el primer presidente. Así lo evoca: “Creíamos que teníamos que teníamos que hacer una cámara que representara al empresariado, considerando que hablar de negocios no fuera mala palabra, sino todo lo contrario, porque es algo virtuoso”
Hoy siente orgullo de que la Caproq se acerque a los 100 socios, habiéndose expandido más allá de cuestiones vinculadas directamente con Puerto Quequén. “Caproq es una potencialidad, está creando cosas permanentemente y es el ejemplo más claro de que el empresariado necesita un ámbito donde sentirse representado, en el que de alguna forma pueda también desarrollar sus negocios”, subraya .
EL DISTRITO
Con relación al distrito de Necochea, Zubillaga sostiene que debe concretarse la realización de “un real y descarnado diagnóstico”, a partir del cual tienen que ir buscándose soluciones a sus problemas.
“Esto lo hablé recientemente con directivos de la Asociación de Hoteles, señalándoles que quienes explotan el sector turístico son los que deben buscar alternativas, no pueden pretender que lo haga la Municipalidad, Esta tiene que acompañar. Pero sería muy mesiánico pensar que un intendente puede opinar de todo, con la verdad absoluta”.